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Antes y después Foto de Juan Angel Lopez Barrionuevo |
Por fin, los ubetenses han visto un sueño hecho realidad y
es ver Santa María abierta, las hermandades pertenecientes a dicho templo,
vuelven a recuperar su sede canónica y Santa María vuelve a cobrar vida.
Un año después de su apertura, para sorpresa de muchos, han
decidido cobrar una entrada de cuatro euros, a toda persona que quiera entrar
en él.
Un precio injusto y excesivo para el pueblo de Úbeda,
injusto ya que dichas obras de restauración se han hecho con dinero público de
la Junta de Andalucía y los impuestos pagados por todos los ubetenses. Excesivo
porque el mayor valor que tiene dicho templo es histórico y sentimental. Un
valor sentimental al que se ha puesto precio.
Tras cuatro meses de poner precio a la entrada a Santa
María, el aspecto es desolador.
Te encuentras una iglesia apagada, sin vida, apenas tiene
luz, las imágenes llenas de polvo, las flores marchitas, telarañas y lo que es peor una gran vulneración a la
intimidad.
Entras a rezar ante la imagen a la que tienes devoción y no
puedes hacerlo tranquilamente, siempre hay alguien vigilando, siguiendo tus
pasos, una falta de respeto a los ciudadanos que van a rezar asiduamente.
Lamentablemente la iglesia de Santa María se está
envolviendo con un aura de soberbia y avaricia que la está dejando sombría y
apagada.